Stellantis, que lamentó que “la IRA haya cambiado fundamentalmente el terreno para la fabricación de baterías en Norteamérica”, decidió producir baterías en Ontario (Canadá) y, por tanto, no obtuvo una subvención de la IRA estadounidense, sino una subvención adicional del Gobierno canadiense.

Además de una subvención de 7.500 dólares para la compra de BEV, la IRA también tiene un plan de subvenciones para la producción de baterías. La cantidad asciende a la friolera de 45 dólares por KWh, y el impacto en la industria automovilística mundial, que está invirtiendo en BEV, es enorme.

El grandioso intento del Presidente Biden de que la mitad de las ventas de coches en 2030 sean VE se está traduciendo en planes de negocio concretos por parte de los fabricantes de equipos originales. Basándose en sus respectivas estrategias, las empresas están desarrollando productos y planes de producción competitivos en costes para garantizar que los nuevos BEV sean aceptados por los clientes.

Dado que las subvenciones de la IRA desempeñan un papel fundamental en la competitividad de costes de los nuevos BEV, las empresas se afanan en la producción nacional de células de baterías y en la obtención de materiales para cumplir la normativa, y la cuestión más importante es ahora cómo obtener materiales de forma competitiva en costes sin depender de China.

Esta sección ofrece un resumen de los últimos avances en las tendencias de los fabricantes de equipos originales y las políticas gubernamentales en varios países, así como un análisis estratégico de estas tendencias.